La hermana de Mª Jesús, Paloma Abad, vino a clase para organizar un taller de preguntas inteligentes. Ella es abogado y controlaba bastante bien el tema.
El taller consistía en saber formular las preguntas exactas, sin desviarnos de nuestro objetivo, para conseguir obtener la información que queremos, aunque nuestro interlocutor quiera ocultarla. ¿Cómo se hacen estas preguntas?
Siempre siendo educado, con cortesía y precisión.
Siendo ingenioso, no formulando ciertas preguntas directamente*.
No preguntando: cosas que ya debes saber, o a cuya respuesta puedes acceder con facilidad por otros medios, ni cosas imprecisas. Por supuesto, tampoco cosas que no vengan al caso o que ya se hayan dicho.
No dando discursos cuando se pregunta.
Teniendo en cuenta cómo es la otra persona.
Por ejemplo, si quieres hacer que tu interlocutor confiese que su interés real es el dinero, no le preguntas directamente si eso es cierto, sino que intentas acceder a esa información de otra forma, como preguntando por su vida cotidiana e intentando ganarte su confianza para averiguar hasta qué punto es un ambicioso.
En el taller final, nos dividimos en grupos y jugamos a ser abogados, interpretando los roles de un juicio que Paloma tendría que resolver al día siguiente. Formulamos una serie de preguntas que dieron en el clavo y finalmente conseguimos llegar al punto que queríamos.
Este método es útil para participar en conferencias y para cuando se quieran saber cosas que, difícilmente podrían dilucidarse con una pregunta directa.
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